Nació como una iniciativa de la Universidad de Chile, apoyada por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo y al poco andar contamos con el apoyo de fondos estatales para contratar a investigadores asociados al programa. Así, en 2015 llegó el Dr. Juan Salazar a realizar una estadía de post doctorado, trabajando con nosotros hasta 2018.
Este es un programa que cimentó el proceso de mejoramiento genético sobre una base científica muy sólida. Así, generamos el primer mapa genético de la especie Prunus salicina, y contribuimos a identificar marcadores moleculares asociados a caracteres genéticos de interés para el programa. Otros de los aspectos científicos fundamentales de nuestro programa ha sido el estudio en profundidad de la textura de la pulpa, en el cual hemos sido capaces de diferenciar fenotipos que antes eran tratados como iguales, como por ejemplo una “fruta firme” y una “fruta crocante”. El otro aspecto que hemos abordado, con mucho rigor científico, es el estudio de la percepción de los consumidores cuando están ante nuevos tipos de ciruela. Para ello, hemos hecho uso de paneles sensoriales entrenados y hemos estudiado la percepción de consumidores, tanto en Chile como en Europa, Estados Unidos y Asia.
El otro pilar fundamental del programa de mejoramiento es la fluida comunicación entre los investigadores del programa y la industria productora y exportadora de fruta fresca chilena. Nuestro enfoque en este sentido se denomina “mejoramiento genético participativo”, que se puede definir como la incorporación permanente de la propia industria en las decisiones del programa en etapas muy tempranas del desarrollo de una nueva variedad. De esta forma, podemos responder a la demanda de una manera muy precisa y oportuna, ofreciendo al sector las mejores variedades en tiempos relativamente breves. Además, formamos una mesa de trabajo con la industria que asegura el éxito del programa en el mediano y en largo plazo.